Que nos impide hacer cambios de hábitos a largo plazo

En el programa de radio de esta semana hemos hablado de qué nos impide hacer cambios de hábitos a largo plazo.

Desde hace muchos años este tema me da mucha curiosidad a la vez que se ha convertido en una misión, una dificultad para la que quiero conseguir herramientas útiles y sencillas que ayuden a solucionarla.

Todas las personas queremos sentirnos bien, con energía, vitalidad y alegría y poder conseguir nuestros propósitos. Todos sabemos que tener una alimentación saludable, hacer ejercicio físico regular, descansar, meditar nos puede ayudar a conseguirlo. Y entonces.. ¿Por qué nos cuesta tanto tener estos hábitos a largo plazo?

La respuesta está en nuestro cerebro

El ser humano realmente es fascinante y aunque seamos todos tan diferentes hay muchas cosas que tenemos en común. Y esta es una de ellas.

Nuestros hábitos diarios determinan en gran medida nuestro bienestar.

Aristóteles decía: “Somos lo que hacemos repetidamente”

Nuestro cuerpo, en su perfecto funcionamiento siempre está trabajando para conseguir equilibrio.

Si nuestros hábitos van en la dirección de cuidar y acompañar a esta máquina perfecta que es nuestro cuerpo, todo va a ser más fluido y natural. 

Leemos, acudimos a profesionales, estudiamos, buscamos acompañamiento y motivación. Y casi siempre todo lo que encontramos son directrices, que nos hablan de a donde queremos llegar. Pero no se nos cuenta como podemos conseguirlo.

Para conseguir cambiar un hábito, debes cambiar tu pensamiento.

Una forma muy clara de ver como son nuestros pensamientos es observar como nos sentimos. Si nuestras emociones de forma habitual son la queja, el estrés, la ansiedad, probablemente nuestros pensamientos también estén en esa dirección.

En cambio, si aprendemos a cambiar nuestros pensamientos, cambiará nuestra actitud ante las mismas circunstancias.

 

Cómo se crea un hábito

Un habito son conexiones neuronales que se han repetido muchas veces.

Primero realizas una acción por la que recibes una recompensa, asociada a una sensación de bienestar.  Como quieres seguir recibiendo esa recompensa, repites esa acción innumerables veces, hasta que se convierte en un hábito.

Tu cerebro no distingue si ese habito es positivo para ti o no, lo que busca es esa recompensa, y ha aprendido que ese acto que realizas de forma repetitiva, le lleva a una sensación placentera.

Así, para generar estos nuevos caminos neuronales, que constituyen un nuevo hábito, tiene que haber recompensa y así habrá repetición de la acción.  A esto se llama neuroplasticidad.

Tener siempre los mismos pensamientos nos lleva a tomar las mismas decisiones. Si tomas las mismas decisiones realizas las mismas acciones.

Y en realidad todo esto lo hacemos con el objetivo de sentirnos bien.

Aunque creamos que un hábito no es positivo para nosotros, siempre hay algo, un beneficio que hace que se sustente. 

Saber esto nos ayuda mucho a tratarnos con más cariño y comprensión. Y nos da muchas pistas respecto a como crear nuevos hábitos, que además sean saludables.

Así, si apelamos a la fuerza de voluntad únicamente para realizar un cambio nos vamos a sentir culpables y nunca vamos a salir de este circulo infinito.

 

Qué dificultades encontramos a la hora de cambiar de hábitos a largo plazo

1.- No saber lo que queremos realmente

Un cambio de hábitos es como empezar un viaje.

Si no sabemos a donde queremos ir, no habrá viaje, no habrá cambio.

Si el objetivo no está claramente definido, está borroso o tenemos varios pero no concretos, tampoco podremos concretar nuestros pasos a seguir para conseguirlo.

Para hacer que un deseo se haga realidad tienes que transformarlo en una meta alcanzable.

 

2.-Falta de compromiso

Hasta que uno no se compromete, existe la duda, la posibilidad de retirarse. En todos los actos de iniciativa y cambio es necesario el compromiso total con la decisión que se ha tomado. 

La libertad es un derecho esencial en el ser humano. Pero podríamos hablar largo y tendido de que es la libertad.

En este mundo rápido e inmediato en el que queremos todo ya y resultados al instante, no comprometernos es ideal para “hacer lo que nos de la gana en cada momento” porque creemos que eso es libertad.

Tener hábitos que nos dañan ¿Es libertad? Ahí lanzo la pregunta…

 

3.-Falta de motivación

¿Realmente quieres hacer un cambio de hábitos?

Ya que conseguir tu objetivo requiere de un compromiso firme por tu parte.

Preguntate:

  • ¿Quien quiere hacer un cambio de hábitos?
  • ¿Quien ha tomado esta decisión? Nuestro entorno, nuestro médico…

Es muy importante comenzar este camino habiendo tomado la decisión de forma personal y clara.

Si la decisión es tomada por otros y nos dejamos llevar por ello, es difícil alcanzar el objetivo.

 

Haz dos listas:

  1.-Qué beneficios obtengo si realizo un cambio de hábitos y consigo mi objetivo

2.-Qué beneficios obtengo si me quedo como estoy

Si esta  segunda lista es mayor que la primera, o te motiva más. En este momento vas a tener complicado conseguir tus objetivos.

Quizás no sea el momento para hacer un cambio de hábitos y debas comenzar en otro momento.

 

4.-Creencias limitantes

Las creencias son afirmaciones acerca de nuestras representaciones internas, como interpretamos la vida y el mundo.

Las creencias limitantes nos dan una representación de nuestra realidad que nos bloquea y no nos deja avanzar. 

Tienen un efecto de auto-boicot que impide en muchas ocasiones que alcancemos nuestros objetivos.

Siempre tienen una intención positiva. Suelen estar muy arraigadas, por lo que puede costar identificarlas.

Ejemplos: “No soy capaz”, “No tengo constancia”  “Nunca lo voy a conseguir”

 

Ante  las creencias limitantes lo más eficaz es cambiarlas por creencias potenciadas, como un mantra.

Para modificar este tipo de pensamientos limitantes, lo primero que tenemos que hacer es estar atentos a como nos hablamos a nosotros mismos.

Una vez las tenemos identificadas, hay que cambiarlas en el mismo momento en el que aparecen.

Cambiando la creencia limitante por una potenciadora.

Por ejemplo: “No soy capaz” por “Soy capaz de conseguir todo lo que me proponga”

 

5.-Falta de amor propio

Si realmente me quiero de verdad, no haría cosas que me dañan.

Piensa en una personas que quieras mucho. Le darías de comer mal, le meterías prisa, le dirías que durmiera poco.

Si realmente sintiéramos un amor profundo hacia nosotras mismas, nos trataríamos con todo el mimo y cariño del mundo.

 

 

El cambio es un proceso y no un momento puntual

Esto es muy importante tenerlo en cuenta.

Un cambio de hábitos es un aprendizaje. Y todo aprendizaje requiere de tiempo, constancia, voluntad y dedicación.

El camino neuronal que creaste con otros hábitos, no desaparece. Así has de crear otros caminos que elijas conscientemente. Caminos que te hagan cuidarte y vivir como te mereces.

¿Estás preparada para este viaje maravilloso?

¡Vamos allá!

 

1.-Márcate un objetivo claro

Plantearte un cambio de hábitos es como comenzar un viaje. 

Si no sabes a donde quieres ir ¿cómo vas a llegar?

Así, define tu objetivo. 

¿Qué quieres conseguir?, ¿Cómo te quieres sentir?

Tu objetivo a de ser realista, fijado en el tiempo, enunciado en positivo y que podamos comprobar que lo hemos alcanzado.

Si lo tienes claro, ¡adelante!

Coge papel y boli y escribe en un papel tu objetivo.  Y no lo guardes en un cajón, colocado en un lugar en el que puedas verlo con facilidad.

Si tienes muchos frentes abiertos y no sabes realmente por donde quieres empezar, te puede ayudar este ejercicio. Pregúntate: Cual es tu principal necesidad en este momento. 

Qué parte de ti necesita ser atendida con más prioridad.

Alimentación, ejercicio, descanso, emociones..

Haz una lista con todas ellas. Y decide por donde quieres empezar.

 

2.-Una vez marcado el objetivo, contesta las siguientes preguntas:

  • ¿Cómo voy a saber que he alcanzado el objetivo?
  • ¿Cómo crees que te sentirás?
  • ¿Que verás, que escucharas…?

Visualízate a ti misma en una situación en la que te veas que has conseguido tu objetivo. 

Cómo te sentirás, que olerás, que verás..

Imagínate esa situación y guárdala en tu memoria. Y sobre todo, date un tiempo mientras haces este ejercicio para sentir todas las sensaciones que tienes en ese momento en el que has alcanzado tu objetivo.

Vamos a seguir trabajando con esta imagen y estas sensaciones, así que recuérdalas.

Todos los días, por la mañana cuando te levantes y por la noche antes de dormir, en la cama, respira unos minutos y trae a tu mente esta imagen tuya con el objetivo cumplido.

La parte inconsciente de tu mente no sabe si lo que le contamos es cierto o no. Y podemos crear nuestra propia realidad. 

Como hemos comentado antes, para hacer que una acción se repita, nuestro cerebro tienen que tener una recompensa. Y el bienestar que provoca esta imagen con el objetivo ya cumplido es de gran ayuda.

Tus pensamientos empiezan también a cambiar, creando una nueva realidad personal en tu futuro.

 

3.-Asocia a esta imagen una frase una creencia potenciadora.

Todos los días, por la mañana y por la noche visualízate como si ya lo hubieras conseguido y además añade tu creencia potenciadora, y repítela como si fuera un mantra.

Así irás reprogramando tu inconsciente y creando tu propia realidad.

 

4.-Crea tu plan de acción

¿Qué pasos vas a a dar para conseguir tu objetivo?

Elabora paso a paso que acciones vas a realizar para conseguir tu objetivo.

Poner ejemplos…

Importante no centrar nuestro plan de acción en restricciones. Es decir todo lo que tenemos que hacer para conseguir nuestro objetivo, le habla a nuestra mente de restricción.

Tenemos que enfocarnos en todo lo bueno que vamos a conseguir, en que por fin vamos a sentirnos como deseamos. 

La restricción provoca frustración, la frustración hace que busquemos en nuestros hábitos anteriores aquello que nos hacía sentir bien, como circuito de recompensa. Esto hace que nos sintamos culpables y vuelta a empezar.

Recuerda que la acción más pequeña es mejor que la intención más grande.

5.-Reflexionar que nos ha impedido hasta ahora conseguir nuestro objetivo

¿Que necesitamos para superara estos impedimentos? Por ejemplo constancia, tiempo, conocimientos de cocina…

Estate atenta porque  estos son los obstáculos que puedes encontrar en el camino.

 

6.-Comunicar nuestros planes a personas de nuestro entorno

Nos sentiremos apoyados y de alguna manera más comprometidos al hacer complice a alguien del viaje que vamos a comenzar.

 

7.-Celebra cada paso que das en el camino de tu bienestar

Estate atenta a todas las sensaciones positivas que tienes en cada paso.

Te recuerdo que para que se cree un nuevo hábito hace falta repetición y para que haya repetición es necesario que haya una recompensa. Así que conecta con todo lo positivo que te está dando este nuevo camino que has comenzado.

 

Si fueras consciente de todo el potencial y toda la belleza que hay en tu interior comenzarías en este mismo momento a dar pasos hacia tu bienestar. Paso a paso, con mucho cariño y cuidado pero con paso firme, confianza y compromiso.

Eres la creadora de tu vida, y puedes comenzar a vivir tal y como deseas desde ahora mismo.

Escucha el audio completo pinchando en la imagen

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