Menú macrobiótico de otoño

Ya ha llegado el otoño y aunque todavía hace calor por el día, se nota fresco por la noche así que es una buena idea ir adaptando nuestra alimentación a esta estación y para eso te he preparado un menú macrobiótico de otoño.

Como ya hemos hablado en otros artículos, un menú macrobiótico estándar, debe estar compuesto por:
–40%-50% de cereal integral
–20%30% legumbre o proteína vegetal
–20%30% de verdura de temporada
–5%-10% de sopas
-Algas y fermentos
Estas cantidades, dependen de tu constitución y de la condición en la que te encuentres en ese momento, así cada uno debemos adaptar nuestra alimentación dependiendo de nuestra propia biología.
Para mi, este sábado que preparé este menú, necesitaba recuperarme de una semana llena de trabajo y de nuevas aventuras, la inauguración de nuestra escuela. Mi plato estaba lleno de alimentos para recuperar fuerza y calentarme a nivel interno.
Te voy a explicar las recetas de este plato. Muchas de ellas, ya las hemos visto así que puedes ver las recetas en los link que te dejo en el título de cada una de ellas:
–Sopa de miso de otoño

–Hojas de kale escaldadas

–Arroz integral con gomasio

–Pickles de verduras 



–Azukis con kombu y calabaza

-Nishime de otoño
Como ya sabes, el nishime es un estilo de cocción que se considera medicinal. Es una cocción larga que genera calor interno. Además es un manera de equilibrar el Yin de los alimentos vegetales. Lo puedes hacer de cualquier verdura y en este caso he elegido lo que había por la huerta:
-Alga kombu
-Cebolla
-Calabacín
-Calabaza potimarron verde de Hokkaido
Elaboración:
Lo primero que tenemos que hacer es colocar un trozo de alga kombu del tamaño de un sello postal en la parte de abajo de la cazuela y añadimos un poco de agua. Solo hasta que cree una pequeña capa en la parte de abajo.
Luego iremos colocando las verduras por capas, primero la cebolla, luego el calabacín y al final la calabaza con una pizca de sal. Ponemos el fuego al mínimo y tapamos.
[magicactionbox id=»4681″]
Tiene que estar entre 30 minutos y una hora así que las primeras veces que lo preparas, te recomiendo que mires de vez en cuando el fuego para que no se te queme.
Notarás que la propia verdura saca su líquido y se cocina con él, guardando todo su sabor y sacando el dulzor natural de las verduras que tan bueno es para esta estación.
Una vez esté cocinado, yo le suelo añadir unas gotas de shoyu antes de apagar y ya lo tenemos listo.
Te aseguro que es un plato muy sencillo pero que esta buenísimo. Nos calienta internamente y además nos da un dulce natural que nos ayuda a saciar las ganas de dulce de mala calidad que a veces podemos tener.
Que lo disfrutes 🙂